dimecres, 25 de març del 2009

CANELO, una historia de Amor, Solidaridad y Amistad.


En Cádiz, justo a la entrada del Hospital de la Seguridad Social llamado "PUERTA DEL MAR", vivió durante 12 años "Canelo", un pastor alemán que esperó pacientemente a que, su dueño, que acudía diariamente a practicarse una díalisis, saliera y lo llevara con él. Pero cierto día, el amo se agravó y tuvo que ser ingresado; Canelo lo esperó fielmente pero, el dueño no salió más. A partir de entonces, Canelo se convirtió en la encarnación de la fidelidad canina, esperando durante doce años la salida de su amo. Fue un caso que tuvo relevancia internacional y que hizo mucha mella en los ciudadanos de Cádiz y los de fuera, hasta que, allí, en aquella puerta, acabó sus días el fiel amigo que se quedó sin amo. "Canelo" no se movía de la entrada y, con ilusión, sin desmayo, solo, con frío y con calor, sin el afecto de su amo, miraba al interior del hospital mientras veía el ir y venir de la gente, esperando que algún día asomara y lo llevara con él, lo bañara y le diera calor y resguardo... Así, 12 años escribiendo una historia de amor y de amistad de las más bonitas que se conocen hasta el momento entre un animal y un ser humano. Nunca más volvió a recibir las caricias de su amo ni lo escuchó decir: "Espérame aquí compañero". Un día, se recibió en la perrera municipal la denuncia de un ciudadano sobre un perro abandonado en la puerta de un centro sanitario y, del peligro que suponía para la salud pública. El animal fue cazado y llevado a la antesala de la muerte canina: la perrera. Pero Cádiz no estaba conforme y, tanto los empleados del hospital como el resto de la ciudadanía, entre los que se encontraba AGADEN (Asociación Gaditana para la Defensa y Estudio de la Naturaleza), consiguieron que le fuera perdonaba la vida, por medio de un decreto del Teniente Alcalde de Sanidad del Ayuntamiento de Cádiz. Probablemente sea el primer caso de indulto de un perro vagabundo conseguido por la presión popular. AGADEN lo adoptó, lo vacunó y arregló los papeles para que dejara de ser un perro vagabundo, indocumentado y, aunque se le buscaron varias familias de acogida, "Canelo" se escapaba y, una y otra vez, volvía a su lugar a esperar, sin desmayo, vigilando día y noche en la puerta del Hospital. La gente lo cuidó y le dio de comer como si fuera alguien de la familia. No fue un perro sin amo, fue el perro de todo Cádiz. Las televisiones de varios países se acercaban a plasmar su historia y su imagen, de Estados Unidos llegó una caseta para que fuera su hogar, pero las ordenanzas, prohibían su instalación a la puerta del Hospital y siguió viviendo sin techo, hasta que, el 9 de diciembre del 2002, el fiel "Canelo", dejó de esperar cuando fue atropellado por un conductor que se dio a la fuga. Dos años después, por iniciativa de AGADEN, con el visto bueno del Ayuntamiento, la Asociación Protectora de Animales y, las Federaciones de Vecinos 5 de Abril y Cadice, se decidió premiar al animal con la imposición del nombre de "CANELO" a una calle peatonal, frecuentaba por el animal, para lo cual se colocó una placa de bronce, con el torso en relieve del animal, conmemorativa del acto de fraternidad, fidelidad y amor entre el animal y el hombre. Es una muestra de hasta dónde puede llegar la fidelidad de un animal por el ser humano. Puede ser un héroe aquel que triunfa o el que sucumbe, pero nunca, el que abandona el combate. Esta es una historia de Amor, Solidaridad y Amistad.